Jon Larrañaga, un hombre tranquilo y positivo ante todo, va a realizar una larga y sorprendente travesía en bicicleta (240 kms entre Valencia y Murcia). No sería noticia si no hubiese sido el receptor en un doble trasplante de pulmón hace sólo dos años. El fin último de su gesta es sensibilizarnos a todos de lo importante que es la donación de órganos y, también, hacernos entender el valor de la bicicleta como medio de transporte saludable y sostenible. En su caso hay que añadir que ha sido la bicicleta el mejor método de rehabilitación posible.

Para conocer mejor su reto, reproducimos aquí la entrevista que le hicieron en Orbea, uno de los patrocinadores principales del evento:

Jon Larrañaga es de esas personas que al hablar trasmite calma, serenidad.  En 2008 le trasplantaron los dos pulmones, y ahora se dispone a realizar una marcha de 240 kilómetros desde el Hospital Universitario La Fe de Valencia hasta la catedral de Murcia.  Orbea le acompaña en este proyecto. Una empresa que asegura llevar en el corazón desde niño. Su padre, Ángel Larrañaga, fue socio fundador de la cooperativa, a la que estuvo unido toda su vida, y en donde aún le recuerdan como “Otxandio”,  una persona encantadora y un trabajador nato…

En primer lugar, ¿quién es Jon Larrañaga?
Jon Larrañaga es una persona que ha estado muy enferma y que ahora puede vivir la vida en toda su plenitud. Antes del trasplante, apenas podía respirar. En ocasiones tenía que ir en silla de ruedas, y estaba enganchado a una botella de oxígeno las 24 horas del día. Digamos que me encontraba en las últimas, y que tras ser trasplantado de los dos pulmones he vuelto a la vida.

Y, después de tanto sufrimiento, ¿cómo recibiste la noticia del trasplante?
Con mucha tranquilidad. Mientras me encontraba en la lista de espera, fui asimilando la posibilidad de que el final pudiera llegar en cualquier momento, y como me sentía prácticamente apagado, lo asumía con facilidad. Si se terminaba, se terminaba. Pienso que, desde la posición en la que me encontraba, no era tan difícil asumir la muerte. De esta forma, acabaría algo que era costoso de llevar. Me acuerdo que estaba echando la siesta cuando me llamaron. En aquel momento estaba en Murcia. Me duché y me afeité, y de camino al hospital, un trayecto de algo más de 2 horas, llamé a mi familia para contarles lo que pasaba. Pero creo que no empecé a ser consciente de lo que me estaba sucediendo hasta que no me empezaron a poner la anestesia. En aquel momento, empecé a volver a la vida.

¿Cómo te encuentras ahora?
Con un sentimiento de plenitud difícil de describir. Fíjate, he pasado de no poder ir ni de la cama al baño a intentar hacer 240 kilómetros en bici, con lo que esto conlleva: numerosas jornadas de entrenamientos, ejercicios,…

¿En qué consiste exactamente este proyecto que tienes entre manos?
Se trata de una marcha que voy a hacer el próximo 18 de septiembre, que conlleva un doble objetivo: concienciar sobre la importancia de las donaciones -habrá organizaciones de trasplantados y donantes realizando una gran labor de sensibilización- y concienciar sobre el valor de la bicicleta como medio de transporte sostenible y saludable. La marcha será un recorrido de 240 kilómetros desde Valencia hasta Murcia.

¡Y tan sólo dos años después de la operación!
Así es. En un principio, tenía la idea de hacer el recorrido en dos etapas: una de Valencia a Alicante y otra de Alicante a Murcia. Pero, en la medida en que el proyecto ha ido avanzando y que yo me he ido viendo mejor en los entrenamientos, hemos decidido hacerlo todo en un único día. La idea es salir del Hospital Universitario La Fe de Valencia y llegar en 10 u 11 horas a la catedral de Murcia.

Y, ¿cómo estás ahora a nivel físico para realizar esta prueba?
Yo me encuentro muy bien. Estoy muy contento con mis sensaciones. ¡Me siento tan bien! ¡Tan entero! No me parece que haya tenido una intervención tan potente hace tan poco tiempo.

¿Cómo está siendo tu preparación?
Recuerdo que empecé con este proyecto de una forma un poco autodidacta, entrenando todos los días hasta que terminaba reventado. Ahora es diferente. Estoy rodeado de un grupo de personas muy profesionales y que conocen perfectamente este mundo. Me mandan seguir unas pautas que hacen todo más sencillo: logro avanzar mucho más con mucho menos esfuerzo.

¿Quiénes forman este grupo?
Por un lado está Didac Navarro, mi preparador físico en carretera. ¡Es un artista! Prepara a mucha gente y está volcado en este proyecto. Él es el que me va haciendo el seguimiento. Me dice: “Hoy, para; mañana, haz tanto” ¡Si yo me limito a dar pedales! ¡A mí, lo que me manden! [ríe]. Pero es una gozada. Todo va rodado, y la entrega y la humanidad de Didac hace que cada día salga con ganas de darlo todo.

Luego está Pedro Mármol, mi preparador físico en sala. Es uno de los detonantes de todo este proyecto. Una persona que desborda entusiasmo y fuerza. También está Tony Vals, el representante de Orbea en Valencia. La primera vez que hablé con él sobre el proyecto me mostró toda su disposición. Recuerdo que dijo: “¡Vamos para adelante, que se puede hacer algo grande!”. Desde ese momento, cuento con los recursos técnicos y humanos de que dispone la empresa. También hay otras muchas personas con las que puedo contar, y de las que estoy muy agradecido. Sinceramente, estoy rodeado de un grupo de gente excelente, que día a día me inyecta mucha fuerza y energía.

Como has dicho, Orbea ha decidido sumarse a esta acción. Desde el principio has querido que la empresa estuviera de alguna forma en este proyecto.
Así es. Yo no exijo nada a nadie. Quiero que cada uno colabore conmigo de la forma que buenamente pueda, y yo lo agradeceré de todo corazón. Pero una de las cosas que tenía claro desde el principio era que quería que Orbea estuviera de alguna forma en este proyecto. Es una empresa que la llevo en el corazón. Mi padre, Ángel Larrañaga “Otxandio”, trabajó toda su vida en Orbea, y Orbea era parte de su vida, hasta que un día sufrió un accidente trabajando que le costó la vida: se montó en un camión para indicarle al conductor la salida de la empresa y, una vez fuera de ella, se bajó del camión y un coche le atropelló. Fue muy duro. Llevar una Orbea en esta acción solidaria va a ser en honor a él, que sé que me estará acompañando durante todo el trayecto. Por ello, le estoy muy agradecido a Tony, que desde el primer momento tuvo una reacción fantástica. Me dijo que no me preocupara de nada, que iba poder contar con equipamiento de Orbea y con una buena bici. En julio estuve visitando las instalaciones de la compañía y me resultó muy interesante ver el funcionamiento de la fábrica. Además, me confirmaron que la bici con la que voy a correr va a ser una Orca.

Y, hablando de bicicletas, ¿qué valor ha tenido en tu rehabilitación?
Lo ha sido todo. Con ella me empecé a sentir fuerte, me abrió el horizonte y me hizo darme cuenta de que puedo hacer un montón de cosas. He decidido que, una vez que termine con este proyecto, voy a participar en conferencias y hablar con gente recién trasplantada sobre el valor que tiene la bicicleta. Creo que la rehabilitación que se recibe tanto en un hospital como fuera es la justa para andar por casa. Sin embargo, con la bici se te abre un horizonte increíble.

Uno de los objetivos de esta acción es sensibilizar y concienciar sobre las donaciones…
La sociedad cada vez está más concienciada con este tema, pero creo que todavía se puede conseguir muchísimo más, tanto en la sensibilización para la donación de órganos como en el uso de la bicicleta. Queda un trabajo importante por hacer, y si yo puedo aportar un poquito, pues encantado.

… pero, a nivel personal, ¿qué te ha movido a realizar esta acción?
Principalmente, el poder devolver a esa persona anónima y a su familia, aunque sólo sea en una pequeñísima parte, lo que he recibido de ellos. Tuvieron que tomar una decisión muy difícil que me ha permitido levantarme de una silla de ruedas y sentir la vida en toda su plenitud. Al principio no sabía cómo hacerlo, pero como la bicicleta ha sido una importante herramienta rehabilitadora no he visto mejor forma que con este proyecto.

Y, para terminar, ¿cómo se puede colaborar con él?
Hay muchas formas. Por un lado, asistiendo al evento en cualquier parte del recorrido, e incluso acompañándome en bici, patines,… Como desee cada uno, y el tiempo que uno quiera. Sé que varias peñas y ciclistas van a estar allí. Habrá quien haga un kilómetro y habrá quien haga cien, eso da igual. Lo importante es el apoyo.
También creo que es importante que la gente difunda la página web vía email, facebook, sms,… Allí se explica detalladamente en qué consiste este proyecto y hay un número de cuenta en el que se puede realizar una aportación. Y, por supuesto, si alguien tiene cualquier otra sugerencia, ¡que no dude en contactar con nosotros!

Información y contacto: http://www.jonpedalea.es.tl