Muchos de nosotros, especialmente los que practicamos la modalidades de rally o XC (Cross Country), equipamos nuestras bicicletas de montaña con cubiertas más estrechas (de 1,9″ y hasta 1,7″ pulgadas respecto a gomas de 2,1″ ó 2,0″), pensando que nos darán cierta ventaja. En terrenos con mucho barro o nieve puede tener sentido, pero no tiene porque ser así en todos los casos.

La respuesta a la pregunta inicial es sí, en determinadas condiciones puede rodar mejor una rueda con goma más ancha. Esto se debe al área de contacto creada por la presión ejercida por la carga, fundamentalmente el peso del ciclista, sobre el neumático.

A la misma presión, un neumático ancho y uno estrecho pueden tener el mismo área de contacto con la superficie sobre la que se rueda. El neumático ancho se deforma, se aplana mayormente en su espacio horizontal de contacto con el suelo, mientras que el neumático estrecho tiene una superficie de contacto horizontal menor, pero tiene mayor área de contacto longitudinal.

Debido al mayor aplanamiento longitudinal del neumático estrecho, la rueda pierde más su circunferencia, produciendo mayor deformación durante la rotación.

Deformación a la misma presión. Foto http://www.schwalbe.de

Podemos pensar, erróneamente,  que un neumático de bici de carretera rueda mejor que uno de una bici de montaña sólo por ser más estrecho. En realidad, el neumático de carretera consigue una menor resistencia a la rodadura, pero esto se debe fundamentalmente a que se utiliza con unas presiones muy superiores (de 7 a 10 bares), que hacen que el neumático apenas se deforme. Además, a altas velocidades, también hay que considerar la ventaja aerodinámica de un neumático más estrecho. Otra razón por la que se tiende a usar neumáticos de menor sección es por la mejoría aportada por un peso inferior.

Para las bicicletas de montaña (presiones de 2 a 4 bares), hay que considerar la mayor capacidad de absorción para cubiertas algo más anchas, lo que supone un cierto ahorro de la energía consumida para el ciclista.