El cilismo indoor, más popularmente conocido como spinning (marca registrada por Jonny G., creador de esta modalidad deportiva) es una actividad de moda en multitud de gimnasios de todo el mundo. Su práctica tiene un importante número de beneficios, pero si no se sigue una metodología y preparación adecuadas no se aprovechará todo el potencial disponible y, lo que es peor, se pueden provocar dolencias o lesiones de importancia (rodillas especialmente, lumbalgias, cervicalgías, tendiditis, etc).

Bicicleta Spinning original

Bicicleta Spinning original

Efectivamente, los que llevamos años de práctica sabemos cuánto se puede disfrutar, mejorar y conseguir, pero casi todos conocemos las molestias y problemas que también pueden aparecer si las cosas no se hacen bien.

Buena parte del éxito de esta modalidad de clases colectivas se basa en la posibilidad de luchar contra el sobrepeso, quemando un buen número de calorías (unas 500 en 45 minutos), de una forma que puede resultar muy amena, incluso adictiva. En efecto, el ciclismo indoor tiene fama de ser una de las mejores fórmulas para bajar peso, y es lo que buscan muchos (quizás habría que decir muchas, porque ellas son mayoría en muchos gimnasios), de los que lo prueban.

Lo cierto es que los que llevamos años asistiendo al gimnasio, sabemos que son multitud los que se animan a apuntarse y subirse a la bici, tratando de recuperar la ‘línea’, pero son muy pocos los que permanecen de forma prolongada en la práctica deportiva, en el gimnasio, clásica promesa de principio de año vamos.

Por todo esto, hay una necesidad imperiosa de modalidades que consigan convencer y fidelizar, enganchar a todas estas personas, y el ciclismo indoor es una de las que mayor éxito tiene en este sentido. Los propietarios de los centros se han percatado de esto, está claro, y por eso el crecimiento exponencial del número de clases propuestas pero, ¿hay un número suficiente de profesores o monitores bien preparados?

Lo cierto es que después de asistir a clases en muchos gimnasios nos hemos encontrado de todo, finalmente te quedas con la impresión que los monitores, tan preparados y motivados como sería deseable, no son la mayoría.

El perfil de los alumnos que van a las clases es muy heterogéneo y satisfacerlos a todos no es fácil. La tentación por llenar las clases, en ocasiones, ha provocado prácticas extrañas y nada recomendables, porque la cuestión de fondo no puede ser sólo atraer y entretener a la gente, si no conseguir para ellos objetivos a más largo plazo. Seguramente la ecuación no es tan fácil como pudiera parecer a priori.

Por suerte, los ejercicios absurdos (flexiones, ochos, tumbadas laterales, clases sin sillín…) y peligrosos, tienden a desaparecer, quedando metodologías cada vez más profesionales y apropiadas, aunque es cierto que en muchos gimnasios los monitores o los responsables no se dan por enterados. Parece conveniente, por lo tanto, la asistencia periódica a cursos de perfeccionamiento para quienes imparten las clases.

También han observado la oportunidad, dada la necesidad de profesionalizar la modalidad, ciclistas profesionales en activo o retirados. Y seguro que pueden aportar mucho, si se proponen estudiar a fondo este deporte y los posibles beneficios para los potenciales usuarios y, en especial, para otros ciclistas.

Personalmente, creo que respecto a una sesión de rodillo, de vez en cuando, una clase de ciclo indoor bien planificada puede ser mucho más agradable y motivadora, y puede reportar beneficios fisiológicos similares. Si además es una actividad compartida con un grupo de personas con objetivos similares, con ganas de quemar calorías, pero además pasarlo bien, creo que la diferencia es clara. No son pocos los amigos que tengo, y con los que comparto todo tipo de actividades ciclistas, conocidos en el gimnasio durante clases de ciclo indoor.

Errores y posibles mejoras que he observado en clases durante estos años:

– Alumnos con varias camisetas para sudar más. Absurdo y peligroso
– Frecuentemente hay gente que pedalea a una cadencia exagerada y sin resistencia. Muy malo para las rodillas
– Bajo porcentaje de alumnos con pulsómetro
– Posiciones sobre la bicicleta erróneas incluso a simple vista
– Prendas inferiores largas y especialmente anchas = enganchones y rozaduras
– Prendas inferiores (coulotte) sin protección muy frecuentemente
– Balanceos laterales exagerados y descontrolados
– Posiciones del pie con rotaciones evidentes al exterior al pedalear

Beneficios más evidentes del ciclo indoor

– Mejora el sistemas cardiovascular y respiratorio
– Apoyo al control de la tensión arterial
– Muy eficaz en el control del peso corporal
– Tonificación del tren inferior
– Aumenta el nivel de concentración y motivación personal
– Reduce y elimina la tensión y el estrés diarios
– Al no haber impacto, puede ser practicado por mucha gente, adaptándolo a su nivel

Algunas recomendaciones

– Hidratarse adecuadamente durante el ejercicio. De ½ a 1 litro de agua para una sesión de 1 hora
– Camiseta (mailllot) y pantalón (coulotte) adecuados
– Usar pulsometro para mantenerse dentro de la zona adecuada al nivel de cada uno
– Utilizar Calzado adaptado con suela bastante rígida
-Llevar pedales automáticos (enganchados a la zapatilla) siempre que sea posible (pedaleo más “redondo” y controlado)
– Sé puntual y pregunta al inicio de la clase lo que consideres necesario saber, no esperes a qué te pregunten. Si es el primer día avisa al monitor y ponte delante a ser posible
– Haz los esfuerzos progresivamente. A todos nos cuesta al principio, aunque se esté en una muy buena forma física, cada ejercicio y modalidad es diferente